Si hay un valor supremo, es LA VIDA. Sin ella nada podemos hacer. Es el presupuesto necesario para poder gozar de todos los momentos felices que cada una de nuestras circunstancias nos lo permite por existir en este maravilloso Planeta que es la Tierra.
A menudo nos desborda las ganas en ir a pescar, y es entonces cuando diagramamos cómo, dónde, cuándo, con quién o quienes y,... con qué.
Y la lista comienza a "dibujarse", cañas, reeles, anzuelos, señuelos, moscas, nylon, agua, carpa, etc., etc., pero el SALVAVIDAS no figura.
Alegremente ya instalados junto a un río, costa del mar o en el interior de una embarcación, las visisitudes pueden ser infinitamente variadas y hasta riesgosas para nuestra integridad física al límite de arriesgar nuestras vidas.
Desde estar parados sobre enormes piedras donde las olas del mar golpean fuertemente con probabilidades de ser arrastrados por ellas, a ser sorprendidos en similares circunstancias con la fatalidad de ser "empujados" contra otra de las rocas vecinas y por un golpe quedar inconcientes y en ese estado ser arrastrados hacia el mar en indefensa condición,
a encontrarnos flotando en medio de un río con nuestra lancha y como consecuencia de fuertes vientos o temporales reinantes la embarcación naufraga dejándonos a la deriva y a las buena de Dios.
Podríamos enumerar muchas otras peripecias vividas donde de no ser por tener el SALVAVIDAS puesto hubiéramos perecido por acción de las aguas y negligencias nuestras (olvido del SALVAVIDAS). Un SALVAVIDAS puesto permite también dar tiempo a que nos auxilien cuando no podemos salir por nustro propios medios de una situación complicada.
En principio entonces, debemos tener siempre el SALVAVIDAS puesto. De todos modos hay ocasiones en que, tomando los recaudos necesarios podríamos sacarnos temporalmente el SALVAVIDAS, y es, mientras permanecemos anclados, las condiciones climáticas son normales, las aguas están calmas, la embarcación segura y nos disponemos a intentar pescar. Luego cuando decidimos cambiar de lugar y debemos desplazarnos con la embarcación, nuevamente nos ponemos el SALVAVIDAS. Esto dependerá de cada situación en particular y debidamente analizado. Creo que de esta manera también se puede estar seguro. Si bien es cierto, lo seguro es tener el SALVAVIDAS puesto.
Los hay de muchísimos precios y modelos.
Reiteradamente las Instituciones existentes en cada uno de nuestros Países suelen informar por los medios masivos de comunicación la necesidad del uso del SALVAVIDAS. Justamente para protegernos y SALVAGUARDAR NUESTRAS VIDAS. Ellos dan el ejemplo y el modelo a seguir.
En el caso de mi País, esta Institución es Prefectura Naval Argentina.
Cuando las circunstancias ameritan, DEBEMOS colocarnos el SALVAVIDAS.
El único SALVAVIDAS que nos SALVA LA VIDA es el que está puesto.
Tengamos siempre presente que en cada uno de nustros hogares, son varios los ojos que esperanzados anhelan nuestro regreso a casa.
Por nosotros mismos y por cada uno de esos pares de ojos llenos de "luz"que nos "alumbrarán" en el reencuentro hogareño, usemos el SALVAVIDAS siempre que sea necesario, así lo vivido podrá ser relatado y compartido con felicidad.
¡SALVEMOS NUESTRAS VIDAS,...USEMOS SALVAVIDAS!
Por ser hoy el día Internacional de la Mujer,...¡¡¡FELIZ DÍA MUJERES!!!.
Desde Corrientes (Arg.),
Con el cariño de siempre,
Un abrazo y,...
Un afectuoso sapukay.
Leo Kutú.-
4 comentarios:
Sin duda las medidas de seguridad deben estar presentes en todo momento.
No hagamos que una actividad tan entretenida y sana como es la pesca, se convierta en una actividad de riesgo.
Saludos Leo.
Hno. de los anzuelos, Jose:
¡Gracias por tu visita!.
Es verdad, ...¡qué sana es la pesca!.
Sigamos haciendo que así sea.
Un abrazo y,...
Un afectuoso sapukay.-
La prevención, en todos los aspectos de la vida, es lo que nos da seguridad, alivio y disfrute.
Muy buen relato, enhorabuena.
saludos de un onubense en Lagos(Portugal)
Hno. de los anzuelos, marcelo:
¡Gracias por tu visita!.
Que tus cuerdas sigan sonando para disfrute de quienes te escuchan.
¡Viva Portugal!.
Un abrazo grande y,...
Un afectuoso sapukay.-
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